11/25/2009

EL ORIGEN DEL MUNDO

El 26 de junio de 1995 se expuso por primera vez, en el Musée d'Orsay de París, L'origine du monde (El origen del mundo), una tela de Gustave Courbet que llevaba 130 años oculta, sólo accesible a la mirada de sus sucesivos compradores. No hubo imagen pública de esa imagen púbica, ni tampoco nombre o título; víctima de el mismo puritanismo que impide llamarle sexo al sexo y que impulsa a la invención de mil y un nombres, elusivos, poéticos o procaces, para referirse a la cosa. Jalil-Bey, embajador turco en Paris, visitó, en 1866, el taller del artista para comprar una tela escandalosa, Vénus et Psyché, sin éxito pues ya estaba vendida. Le pidió una copia, pero Courbet le propuso a cambio Les dormeuses, también de tema lésbico. Junto con éste, logró que le regalaran otro: uno pequeño pero fascinante. Uno para mirar en soledad lujuriosa o para ser mostrado con excitación a los amigos y quedar en el cuarto de baño oculto trás un cortinado verde, esperando a su voyeur. En 1868 lo compró Jean Baptiste Faure, barítono de la ópera de París. Y fue escondido detrás de un paisaje nevado, obra del propio Courbet. No muchos han visto el cuadro, pero ha generado ya suficiente literatura, desde versos de Gautier hasta esa constatación de Edmond de Goncourt: "Un vientre tan bello como la carne de un correggio". La mujer del cantante desaprueba el tiempo que su marido pierde ante la tela y las risas de los amigos privilegiados que la descubren. Así que pasó a manos de un marchand, De la Narde, que la exhibió en la trastienda sólo a clientes de confianza. Para no aburrir (pasó hasta por los nazis y por el socialismo ruso), me voy a saltear todo lo ocurrido hasta hasta 1955 año en que Sylvia Lacan le pide a su prestigioso marido psicoanalista que se lo compre. Por 1.500.000 francos el cuadro es suyo. Pero descubre que crea problemas: "Los vecinos y la mujer de la limpieza no lo comprenderían". El cuñado, André Masson, hará una nueva obra para esconder la de Courbet, un desnudo abstracto. El sexo de Joanna Hiffernan, la pelirroja amante de Courbet, sirvió durante años de motor de las cogitaciones de Lacan sobre las diferencias "entre el objeto de la pulsión, del fantasma y del deseo" o de sus conversaciones con Heidegger sobre "lo real, la verdad y lo auténtico", para concluir que "la mirada es la erección del ojo". El sexólogo Zwang publica la primera foto de la obra en 1967. A partir de ahí, por primera vez, la pintura es reproducida en un libro de arte, cuelga de las paredes de un museo -The Brooklyn Museum of Art- y se convierte en tapa de un libro: la novela Adoratíons perpétuelles, que lleva al secuestro del libro. El 26 de junio de 1995, el ministro de Cultura, Douste-Blazy, hace el discurso de ingreso de la tela en las colecciones nacionales. Evita ser fotografiado junto a ella y en su discurso se sirve de opiniones ilustres. Olvidó citar, sin embargo, la frase flaubertiana de Courbet: "El coño soy yo". Tras más de un siglo de vida vergonzante, L'origine du monde goza por fin del puesto que merece. Pero incluso ya comenzado el siglo XXI sigue resultando amenazante; puede que las circunstancias de su concepción inicial, como destinado a una contemplación privada, le sean consustanciales. Todavía la gente se ruboriza ante su presencia.

7 commenti:

  1. Me imagino el escandalete, la verdad me desasnás porque de artes plásticas no entiendo nada.
    La obra me parece muy buena, al menos a mí me gusta. Como decís, es subjetivo.

    Beso, Nina. Seguí informando.

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  2. :)
    Grazie!
    Me dan ganas de seguir escribiendo sobre la parte erótica del arte de todos los tiempos...
    Si quiere algo en especial, propongan y trataré de complacerlos!
    Baci

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  3. Fascinante la historia de este cuadro. Algo había oído pero hace tiempo. Es deplorable la hipocresía. ¿Qué ocurre con las fotos de Mapplethorpe? Es un poco lo mismo. Y sin embargo Courbet tiene tanta fuerza.

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  4. Yo no sé si la obra es buena, pero el paisaje es perfecto.
    Nina, como verás no se incrementa tu número de seguidores, de hecho, yo no puedo ponerme como seguidor tuyo.
    Lo haces adrede o por error? Hay un impedimento, corrige eso, Nina!
    Un beso.

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L'altra parte di me: lei.