11/24/2009

EDAD MEDIA

EDAD MEDIA La sexualidad en el arte cambia rotundamente con el cristianismo. Sería interesante estudiar por qué el cristianismo persiguió con un empeño que raya la obsesión el placer de la sexualidad, cuando los otros placeres sensoriales, aunque también perseguidos, siempre lo fueron menos que el que procura el sexo. El judaísmo inventó un pecado original basado en el sexo. Dios creó un hombre inmortal y, éste, ejerciendo su libre albedrío, puso fin a su inmortalidad, comiendo la manzana de la sabiduría. La sabiduría es peligrosa y placentera, ya lo sabía nuestro creador. Por eso expulsó a la mujer curiosa y a su pareja por querer saber. Vamos, que el paraíso era para tontos sumisos que no hacían preguntas. Menos mal que nos fuimos, qué opio.... El hombre judeocristiano es responsable de su mortalidad: esto es inaudito. Si fuéramos inmortales no necesitaríamos reproducirnos, es cierto. Luego el sexo no existiría. Entonces ¿qué necesidad tenía Dios de crear un hombre y una mujer? Con un ser humano neutro hubiera sido suficiente. Además ¿ por qué pensar que la felicidad absoluta se halla en la eternidad sin sexo? Aunque una vida eterna sin sexo no es un ideal exclusivo del cristianismo. Algunos orientales también han comprendido que el sexo puede ser un medio para alcanzar el éxtasis (el yoga tántrico). He aquí otro tema a estudiar. Apetece decir que no existe arte erótico medieval si pensamos en lo refinado, artístico, a veces gracioso, a menudo delicioso y delicado a lo que nos habían acostumbrado griegos y romanos. Pero si somos exactos, sí que se tratan temas sexuales durante estos mil años de cristianismo fundamentalista. Durante la Edad Media el cuerpo es el origen del mal, es responsable de nuestra expulsión del paraíso, de nuestros pecados, debemos por lo tanto avergonzarnos de él. Adán y Eva se intentan tapar torpemente con sus manos o con alguna hoja de higuera. El tema erótico en época medieval tiene dos características: es grotesco en su expresión y remoto en su ubicación, se sitúa en lugares difícilmente visibles como misericordias, capiteles en altura y gárgolas. La mujer suele ser provocadora y vulgar, no hay sensualidad, dulce placer, ternura o felicidad en el sexo. El sexo se representa con sorna y sin elegancia. El sexo es lo que he dicho antes: grotesco. Copular para tener hijos está bien, bueno, digamos que es necesario, hacerlo por placer es vicio, no se concibe estética alguna en ello.

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L'altra parte di me: lei.