5/29/2012

ARRORRó

Cuando el maldito insomnio se apodera de mí, no son muchos los lugares a los que puedo ir. Y si no encuentro por ahí alguna pastillita para conciliar el sueño, giraré en la cama con pensamientos multicolores hasta convertirla en una calesita toda enredada de almohadas, mantas y acolchados. (el otoño ha venido fresco por estos pagos este año.)
Antes solía dibujar alguna imagen pasajera, pero la insipración y las ganas no están conmigo ultimamente, y  ni siquiera los monstruos quieren venir a mis pesadillas.  Las de ahora no las puedo dibujar.   Son  vacíos blancos o negros.
Y yo no soy precisamente Mark Rothko.

Así que revolveré en el cajón de mis post viejos, y algo saldrá... Ahora vuelvo.  Voy a ver qué encuentro.

.................


Música.
Encontré música de calidad.  Si cierro los ojos y escucho, puedo ir al lugar al que la canción me lleve.
Lejos, muy lejos, o no tanto.









Sweat on my conscious, sweat on my brow
Sweat on my pillow, almost every night
Breathing sound like thunder in the ears
Word are poisoned arrows from Orion...

............



Tal vez ahora logre dormirme.





5/25/2012

UN REFRITO: EL TAMAÑO, ...IMPORTA?



Estoy en la cama. Está nublado, feo y ayer me resfrié. Mis neuronas están adormecidas, y aunque muero de ganas de un post de caracter violentamente sexual, no tengo fuerzas ni para pensar, si es que para pensar se requiere fuerza.
Así que aquí viene mi refrito.  








Amo a David. Lo amo desde el primer día que lo ví. Nos conocimos por casualidad una tarde calurosa de verano mientras yo paseaba por Firenze. Ya había visitado las joyerías del Pontevecchio sin comprar nada, pues no me consolaban en ese momento los brillantes, ni las amatistas ni los rubíes. Ahí de pie, erguido, solitaro, tranquilo, parecería que me hubiera estado esperando. Confieso que me ruboricé cuando lo ví; es cierto que hacía mucho calor pero no sé si me hubiera atrevido a desnudarme.

 
Primero nos miramos fijamente. Sos ojos mostraron miles de expresiones diferentes; los mios se centraban en su físico. Me sentí intimidada ante tan esbelta figura. Que notara mi presencia me hacía sentir como una diva de Hollywood con vergüenza. Tímidamente, tratando de que no notara mi sofoco lo rodeé dando pequeños pasos, sin tocarlo.

 

Admiré las redondeces de su culo y la perfección muscular de su espalda. No era un patovica ni mucho menos. Su cuerpo irradiaba ante todo armonía. Adoré su pancita con abdominales escondidos mientras me relamía pensando en las mil y una maneras de besarla. Entre los dos había un silencio pasmoso que dejaba lugar a los pensamientos más ratoneros. Mientras más lo miraba, más lo quería poseer.

 

Me cautivaba su mirada penetrante e iracunda, su aspecto de macho recio aunque apenas sostuviera una gomera en su mano; la seguridad que tenía en sí mismo de quedarse de pie, tan expuesto, tan atractivo. Sentí el impulso de pasar mis dedos por entre sus rulos, bordear esas orejas tan perfectas con mis labios, pero me contuve. Ansiaba besar esos labios carnosos que yo no lograría tener ni con todo el Botox del mundo.

 


Si cerraba los ojos imaginaba que nuestras manos se entrelazaban. Las noté un poco grandes pero... mejor!!! Con un solo movimiento me acariciaría todo el cuerpo. Llegué a creer que me rodeaba con sus brazos fuertes y largos.

 

Me hubiera quedado horas mirándolo, admirándolo, deseándolo. Estaba envuelta en una ensoñación maravillosa. Sólo faltaba poder olerlo para completar el éxtasis. Una brisa cálida me sacó de mi letargo. Ahí lo noté. Un detalle, "un pequeño" detalle. Tan pequeño que tuve que agudizar mi vista para verlo.

 

Entre sus piernas colgaba apenas un pene digno de un niño, no de semejante perfección de hombre. Lo primero que intenté fue imaginarlo erecto, duro, viril. No tenía mucha idea de cuánta elongación peneana podía tener un miembro. Luego de un largo rato de cavilaciones comprendí que igual lo amaba, que en verdad no importaba el tamaño sino que me hiciera felíz. Porque si mi David lo tenía pequeñito por algo sería. Sería que sus inmensas manos harían maravillas en el cuerpo de una mujer; acariciarían con ternura. Que sus carnosos y apetecibles labios guardarían una lengua que lamería con dulzura y gentileza los muslos; que esos brazos sostendrían con fuerza y a la vez con amor... Y esos ojazos mirarían con tanta pasión y profundidad que una se sentiría coquetamente invadida por dentro. Y comprendida.

 Así bien: y qué?


 Pequeño es hermoso.

 

5/18/2012

UN REFRITO: EL TAMAÑO...IMPORTA?


Estoy en la cama. Está nublado, feo y ayer me resfrié. Mis neuronas están adormecidas, y aunque muero de ganas de un post de caracter violentamente sexual, no tengo fuerzas ni para pensar, si es que para pensar se requiere fuerza.
Así que aquí viene mi refrito.  








Amo a David. Lo amo desde el primer día que lo ví. Nos conocimos por casualidad una tarde calurosa de verano mientras yo paseaba por Firenze. Ya había visitado las joyerías del Pontevecchio sin comprar nada, pues no me consolaban en ese momento los brillantes, ni las amatistas ni los rubíes. Ahí de pie, erguido, solitaro, tranquilo, parecería que me hubiera estado esperando. Confieso que me ruboricé cuando lo ví; es cierto que hacía mucho calor pero no sé si me hubiera atrevido a desnudarme.

 
Primero nos miramos fijamente. Sos ojos mostraron miles de expresiones diferentes; los mios se centraban en su físico. Me sentí intimidada ante tan esbelta figura. Que notara mi presencia me hacía sentir como una diva de Hollywood con vergüenza. Tímidamente, tratando de que no notara mi sofoco lo rodeé dando pequeños pasos, sin tocarlo.

 

Admiré las redondeces de su culo y la perfección muscular de su espalda. No era un patovica ni mucho menos. Su cuerpo irradiaba ante todo armonía. Adoré su pancita con abdominales escondidos mientras me relamía pensando en las mil y una maneras de besarla. Entre los dos había un silencio pasmoso que dejaba lugar a los pensamientos más ratoneros. Mientras más lo miraba, más lo quería poseer.

 

Me cautivaba su mirada penetrante e iracunda, su aspecto de macho recio aunque apenas sostuviera una gomera en su mano; la seguridad que tenía en sí mismo de quedarse de pie, tan expuesto, tan atractivo. Sentí el impulso de pasar mis dedos por entre sus rulos, bordear esas orejas tan perfectas con mis labios, pero me contuve. Ansiaba besar esos labios carnosos que yo no lograría tener ni con todo el Botox del mundo.

 


Si cerraba los ojos imaginaba que nuestras manos se entrelazaban. Las noté un poco grandes pero... mejor!!! Con un solo movimiento me acariciaría todo el cuerpo. Llegué a creer que me rodeaba con sus brazos fuertes y largos.

 

Me hubiera quedado horas mirándolo, admirándolo, deseándolo. Estaba envuelta en una ensoñación maravillosa. Sólo faltaba poder olerlo para completar el éxtasis. Una brisa cálida me sacó de mi letargo. Ahí lo noté. Un detalle, "un pequeño" detalle. Tan pequeño que tuve que agudizar mi vista para verlo.

 

Entre sus piernas colgaba apenas un pene digno de un niño, no de semejante perfección de hombre. Lo primero que intenté fue imaginarlo erecto, duro, viril. No tenía mucha idea de cuánta elongación peneana podía tener un miembro. Luego de un largo rato de cavilaciones comprendí que igual lo amaba, que en verdad no importaba el tamaño sino que me hiciera felíz. Porque si mi David lo tenía pequeñito por algo sería. Sería que sus inmensas manos harían maravillas en el cuerpo de una mujer; acariciarían con ternura. Que sus carnosos y apetecibles labios guardarían una lengua que lamería con dulzura y gentileza los muslos; que esos brazos sostendrían con fuerza y a la vez con amor... Y esos ojazos mirarían con tanta pasión y profundidad que una se sentiría coquetamente invadida por dentro. Y comprendida.

 Así bien: y qué?


 Pequeño es hermoso.

 

5/15/2012

LAS BELLAS ARTES

Empecé a los 18. Pasó el tiempo. Y no podría vivir sin pintar. La inspiración viene y va, como la pasión. Rezo a Artemisa para que vuelva...

5/12/2012

YO soy NINA







Sonno ritornata ancora un'altra volta,perche si.  Perche mi piace.  Perche IO sonno cosí.  E me ne frega un cávolo se ce qualcuno che si moleste.
Adesso sonno proprio una luppina.
SONNO NINA.


"  IO "  SONNO NINA


La soledad es mi mejor compañera.  

Aflora mi salvajismo.
No le voy a impedir crecer.   A su ritmo, a su  aire.
Al que le moleste, por ahí está la puerta.

"No hay barrera, cerradura ni cerrojo que puedas imponer a la libertad de mi mente"

Virginia Wolf.