Pascuas a la India gallega

"Mis mejores Pascuas? 1986, sin duda."



Muchas veces pensé: " un día haré una entrada como las de Merijisus".
Se me hace agua la boca cuando veo las fotos de esos platos suculentos, deliciosos y noto el placer que vive al cocinarlos y al compartirlos con las personas que tienen la suerte de ser agasajados por ella.
Siento el amor que les brinda.

También -y no por competir, válgame el cielo!- me maravillo con las fotos de Emejota y cómo nos deleita con sus flores.

Soy una pésima fotógrafa (no como Carmela), o será que extraño las cámaras con rollito... es que la tecnología y yo no nos llevamos muy bien.
Aún no sé cómo hacer para recibir los siguientes mensajes cuando comento una entrada!

En fin, que le he pedido a India una receta de tarta de atún, y lo que sigue es más o menos, lo que me ha mandado.
Como era bastante escueta, tuve que improvisar un poco.



Miré la cocina y dije: "aquí vamos!"

Cocinar para la persona que se ama es la gloria. Es una de las tantas maneras de brindarle amor. Aunque la comida te salga espantosa! Y si antes estuviste en la cama, tanto mejor! El hambre te deja comer cualquier cosa...)



Mi primer desafío fue no llorar con la cebolla. Difícil, si tenemos en cuenta que últimamente lloro por todo.
(Nunca jamás de los jamases cortar cebolla antes de un encuentro amoroso. Mejor tenerla pelada y cortada dentro de un tupper, pues el olor que te queda en las manos es bastante deserotizante... en cambio son algo exquisito los aromas que brotan de las distintas partes del cuerpo del ser amado)



India dijo algo de los morrones... pero me dio fiaca cortar así que puse unos que había asado la semana pasada y estaban en un frasco con oliva, pimienta y ajo.
(De lo que hay para guardar, que sea bonito. Los recuerdos en frasco si son tristes o feos, se llenan de hongos y saben mal)



Sí fue enfática en que ella no le pone tomate, y sólo por llevarle la contra, agregué uno.
(Una pequeña cuota - pero muy pequeña- de llevar la contra, y sólo como un juego para que no resienta, condimenta un poco)



Mientras se cocinan las tres cosas pensaba en qué lindo sería que nos pudiéramos juntar y compartirla con un vino entre todos...
(Tiempos de sexo, de pasión, de lujuria. Pero también de amor, de cariño, de ternura. De palabras dulces que sabes que al otro le gusta escuchar. Sentidas, desde lo más profundo de tus entrañas, porque la vida es corta... y lo que no dices a tiempo...)



Pero las distancias nos dificultan el encuentro, así que para no entristecer más, me dediqué a colocar la masa en su molde.
(En el amor hace falta saber amoldarse. En el sexo, acoplarse.)



Y recortar el excedente.
(Excederse en el sexo? mmmm.... jijiji... y en el amor... menos!)



Sal y pimienta le hace falta a casi todo...
(Ojo! hay condimentos que son engañosos y sólo hieren, pican o lastiman. Celos, histeriqueos, ausencias, malos recuerdos... Propongo que los condimentos sean juguetes, geles con sabor, o crear personajes y jugar al roll play)



Y no queda más que agregar el atún. (Sin comentarios...)




Un momento!!
India dijo que ella le echa queso.
Qué clase de queso? Rallado, roquefort, gruyere, cremoso...

Por las dudas me inclino por el queso crema, que mal no va a quedar seguro.
(Ingredientes para que sexo y amor vayan juntos, para que liguen, cada quien encontrará los suyos. Cada pareja es única e irrepetible)



Y aquí va... linda salió la mezcla!
(Y a medida que te vas conociendo con el otro, sabés si cuando se mezclan crean nitrógeno, sacan chispas o incendian las camas. El fuego se apaga con el sudor de los cuerpos agitados, fusionados, hechos uno.)



Dijo que la pinta con huevo y a mi pintar me gusta.

Luego al horno.
(Al horno estás si las circunstancias te impiden conjugar todos los ingredientes para hacerte feliz.)



Ya quedó!
Y una ensalada de lechuga, rúcula, boconcini y olivas negras la acompañarán bien.
(La buena compañía ayuda en tiempos de crisis. Esas ensaladas con gustos tan diversos como la dulzura de una amiga o el coraje de otra, son necesarios indefectiblemente.)



El día está gris, pero la temperatura es más que agradable para ser fines de abril, por lo que decido poner la mesa afuera.
(Un día gris puede ser radiante si junto con un sexo desbordante el amor es compartido, hablado, soñado... de a dos.)



Esta porción es de India...



Salió riquísima.
Mesa con platos por si alguien se acerca...mis niños no son muy afectos a los pescados.


Al menos, me acompañan las rosas... que a pesar de no ser atendidas, se empeñan en seguir brotando y floreciendo, para hacerme ver que hay belleza en la vida, aunque en estos días no la pueda sentir.