Me levanté a la misma hora de todos los domingos pero esta vez una rara sensación me recorría el cuerpo.
No acostumbro a hacer terapia ni consultar con psicólogos, ni siquiera le cuento mis pesares a muchos amigos, pero por alguna extraña razón que no puedo explicar, no puedo resistirme a la lectura del horóscopo en la revista del diario.
Mientras me preparo el yogur con cereales leo:
" AMOR:
¡Dudas íntimas?
Encontrará la respuesta a esa pregunta tan temida. Uniones y separaciones en puerta.
En contacto con el placer de compartir todo... o el placer de cambiar todo.
DINERO:
Mantenga un bajo perfil hasta que defina sus objetivos. Listo para comenzar una asociación con alguien que piensa como usted.
CLAVE DE LA SEMANA:
Tiempo al tiempo.
Las heridas de amor ya sanarán."
El día está fresco pero el sol está radiante y entibia y decido salir a corrrer. El viento frío en la cara me despeja la mente y consigue aclarar mis ideas. De regreso, me doy una ducha y me dedico a ser un buen padre.
Ayer desconecté el celular y la computadora. Alguien no recibió mensajes... y tampoco lo hará hoy.
Si es verdad que todo está escrito, quién soy yo para contrariar al destino?