6/17/2014

PÉRDIDA - PERDIDA



Te fuiste nomás...
Me dejaste.
Aqui estoy con este sentimiento de mierda.

Y nadie me puede consolar porque a nadie puedo contar de tu partida. Pedido expreso tuyo. Vos serás abogada pero yo aprendí de vos! No digo tu nombre y listo.

Acaso pensaste que ya no me hacías falta? Que no teníamos  nada más para decirnos?  Para compartir?

Todavía quedaban restaurantes para ir a comer platos nuevos, apenas si habíamos empezado con la lista del librito que te regale para tu cumple.
Tampoco pudimos ir a san Pedro; primero por la inundación, luego por no se qué... Ni a Croacia. Y eso que estabas averiguando para hacer un viajecito conmigo. Como en otros tiempos.
Teníamos tanto para hacer, para decirnos. Yo te necesitaba.  Corrijo: TE NECESITO.

Por suerte millones de veces te dije cuánto te quería, que te amaba a pesar de. Y pude llenarte de besos y de abrazos. Sin embargo no fue suficiente.  Nunca lo es. 

Te fuiste.  Y sin despedirte.

Me quedé con un vacío...
...que se llenó con sentimiento de culpa por creer que si hubiera hecho otra cosa, aún estarías acá.

Te extraño. LLevo tres días desolada, extrañandote. Poniendo cara de que no me pasa nada.  Diciendo a todo quien pregunta que estoy bien.

Pero miento.  Estoy para el reverendo ojete. (perdón mi francés)

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Mi sobrina posteó un poema que a mi también me mandaste, quien sabe con qué intenciones.


UN ARTE

No es difícil adquirir maestría en el arte de la pérdida;
tantas cosas parecen estar destinadas a perderse
que su pérdida no es un desastre.

Pierde algo cada día. Acepta la pena de perder
las llaves de la puerta, la hora gastada inútilmente.
No es difícil adquirir maestría en el arte de la pérdida.

Practica entonces perder cada vez más cosas,
cada vez más de prisa: lugares, nombres, y el sitio al que habías planeado viajar. Ninguna de estas perdidas será desastrosa.

Perdí el reloj de mi madre. ¡Y mira! La última, o
casi la de tres casas que he amado ha desaparecido.
No es difícil adquirir maestría en el arte de la pérdida.

Perdí dos ciudades, encantadoras ambas. Y, más vastos aún,
algunos reinos que poseía, dos ríos, un continente.
Los añoro, pero perderlos no fue un desastre.

-Incluso perderte (la burlona voz, un gesto que amo) y no he mentido. Es evidente que en el arte de la pérdida no es difícil adquirir maestría, aunque pueda parecer (¡Escríbelo!) un desastre.

Elizabeth Bishop.


A vos te digo lo mismo que a ella:

Adquirí maestría en el arte de perder cosas, pues no me interesaban.  Pero con vos no es igual.  Para mí, perderte  "ES" un verdadero desastre.


TE AMO Y VAS SIEMPRE EN MI CORAZON