12/14/2011

I MIEI MOSTRI






Me muerden, me mastican... en definitiva, me comen.
Fueron apareciendo de a poco, de a uno... y se quedaron para degustarme hasta que algún día ya no quede nada de mí.
Estos monstruos ni siquiera son todos feos. Pero ahí están, con sus colores estridentes y su sigilo.



Aparecen cuando quieren, turnándose para tomar un bocado: otras veces vienen dos o tres juntos, y sólo cuando están satisfechos, me dejan tirada, sin más.



Sería injusto decir que uno me ha hecho llorar más que otro. A su manera, cada cual acopia más o menos la misma cantidad de mis lágrimas. Ese de las noches,por ejemplo, me las saca con mordisquitos pequeños pero contínuos.




Aquel que aparece cada tanto, es el que me hace llorar más fuerte, porque duele mucho verlo, pero por suerte se presenta de manera espaciada.
Y está ese otro... que ni siquiera cree ser un monstruo! Tan convencido está de ello, que hasta se hace nombrar bonito.




Es el peor. A éste, ...a éste muchas veces le he creído...

... pero sólo me susurra mentiras al oído.